Este jueves por la mañana, un vecino del partido bonaerense de Moreno circulaba en bicicleta por la Ruta Provincial 24 cuando se topó un cadáver con una bolsa atada al cuello y una remera. Rápidamente, dio aviso al 911. La Policía Bonaerense constató que se trataba de un hombre que había recibido al menos dos tiros en el cráneo. El cuerpo no solo estaba desnudo, sino también maniatado con cinturones y amordazado. Pablo Córdoba, secretario de la Unidad Funcional de Instrucción N°3 del Departamento Judicial de Moreno y General Rodríguez —a cargo de la fiscal Luisa Pontecorvo—, al frente de la investigación por la muerte, se hizo presente en el lugar. La identidad del cadáver se desconocía.
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Personal de la División Casos Especiales trabajó en la escena. Peritos de Policía Científica determinó que la data de muerte sería de entre 18 y 24 horas previas al hallazgo. La autopsia dijo lo evidente: el hombre había muerto por los dos tiros que recibió en la cabeza.
Las huellas hicieron el resto. Hoy, la UFI N°3 determinó finalmente la identidad de la víctima. Se trata de Cristian Maximiliano Cejas, de 34 años, oriundo de José C. Paz: un delincuente con condenas menores por robo simple y por hurto. Por lo pronto, no hay hipótesis, no hay una explicación de por qué Cejas fue asesinado con semejante salvajismo. Hoy, el secretario Córdoba busca a la familia de Cejas para tomar su testimonio. Hasta el momento, no pudieron ser encontrados a pesar de varias diligencias. Fuentes del caso, además, precisaron al medio Infobae que al lado del cuerpo había una frazada, que al igual que el resto de los elementos, fue incautada por la Policía Científica. Por la escena con la que se encontraron, se cree que el homicidio se produjo en otro lugar y que luego el cuerpo se descartó allí.
Un caso similar ocurrió hace dos semanas en Rosario, cuando un adolescente de 15 años que caminaba por la avenida Uriburu, a la altura de Circunvalación, en el extremo oeste de la ciudad. Allí, encontró el cadáver de otro hombre asesinado. En este caso, los restos se hallaban en el interior de una bolsa de arpillera plástica de color blanco, que suele utilizarse para almacenar arena. El cuerpo también estaba maniatado, atado de pies y manos, y amordazado. Posteriormente, se supo que había recibido tres balazos.
El menor advirtió la situación cuando vio que sobresalía una mano de la bolsa que estaba al costado de avenida. Tanto el Comando Radioeléctrico como la Agencia de Investigación Criminal (AIC) le tomaron el testimonio al chico y a su padre.
En las horas siguientes, por medio de una pericia dactiloscópica, los investigadores lograron identificar a la víctima. Se llamaba Elio Orlando Romero, tenía 40 años y estaba desaparecido desde la madrugada del pasado 18 de mayo, según publicaron familiares y allegados a través de las redes sociales.
De acuerdo a los datos a los que accedió este medio, Romero, a quien apodaban “Indio”, trabajaba como changarín en el Mercado de Concentración de Fisherton, de Mendoza y Wilde, y solía ser visto en barrio Tango, cercano a su casa. Sus familiares señalaron que en algunas ocasiones llegó a irse de su hogar después de dos o tres días, pero que siempre daba aviso de esa situación. La investigación del crimen la lleva adelante el jefe de la unidad fiscal de Homicidios Dolosos Adrián Spelta.
FUENTE: INFOBAE