En Argentina, en el primer bimestre las importaciones del sector textil crecieron 79 por ciento interanual. Los industriales del rubro plantean que la política económica oficial «facilita el ingreso de mercadería de otros países principalmente de China, sostiene costos altos en dólares y destruye el poder adquisitivo de los salarios». Son 50.000 puestos de trabajo en riesgo.
El sector textil nacional atraviesa una situación crítica que en el corto plazo podría derivar en el despido de 50.000 trabajadores porque «el negocio en este contexto se hace insostenible», explican los empresarios del rubro.
Esta semana la Fundación Pro Tejer, convocada por la comisión PyME de Diputados, expuso sobre el impacto de la apertura económica en la producción: solo en el primer bimestre del año, el volumen de importación de telas e indumentaria crecieron 79 por ciento interanual. Los industriales del rubro plantean que la política económica oficial «facilita el ingreso de mercadería de otros países principalmente de China, sostiene costos altos en dólares y destruye el poder adquisitivo de los salarios». Son 50.000 puestos de trabajo en riesgo.
Hace unas semanas, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció una baja de aranceles a la importación de ropa y al calzado. Así, los aranceles de ropa y calzado pasaron de 35 a 20 por ciento; los de telas, de 26 a 18; y los de distintos hilados, de 18 a 14. La medida generó el rechazo y la preocupación en el sector, que cree que impactará en forma negativa a la actividad.
“La importación indiscriminada está haciendo un daño enorme”, denuncian los textiles
En diálogo con Radio Universidad, el empresario textil Raúl Hutin se refirió a la decisión del Gobierno nacional y aseguró que “la baja de aranceles al sector textil es gravísimo”. “La industria textil hace un sacrificio enorme hace casi dos años porque el IPC textil está por debajo del IPC general hace 22 meses, y eso es un gran sacrificio”, aseveró.
Además, mencionó como causa del mal momento del sector a “los gastos, que se han recontramultiplicado”. “Aumentaron muchísimo los suministros, fundamentalmente, la energía eléctrica, que subió 426 por ciento. Sin embargo, ante esto, la industria textil no llegó a aumentar ni el 50”, precisó.
Por eso, cuestionó que el titular del Palacio de Hacienda responsabilizara al sector como impulsor de la inflación general: “Dicen que nosotros somos los culpables de que la inflación esté desmadrada, a pesar de que tenemos precios absolutamente exagerados con respecto a los de una misma prenda de Brasil o de China”.
“La realidad es que somos absolutamente productivos dentro de nuestras plantas, donde el textil se modernizó con una tecnología de primer nivel”, remarcó, y agregó: “El problema no es la productividad, sino la competitividad que es fijada por el Estado. Nosotros no podemos hacer nada contra los precios de la luz y de los seguros o los impuestos”.
Qué pasa con los precios
Ante esta situación, Hutin afirmó: “Caputo nos castiga bajando los aranceles de importación, como si esto lograra bajar los precios. De ninguna manera van a bajar los precios por esto”. “Y es peor si se tiene en cuenta que la sociedad no tiene capacidad de consumo, por lo que es inútil seguir aumentando”, criticó.
“Hoy, la importación indiscriminada está haciendo un daño enorme. La cadena de valor textil posee 530.000 personas. Para bajar uno o dos puntos la incidencia de los productos textiles, se ponen en riesgo 50.000 puestos de trabajo”, sostuvo, y concluyó: “No entiendo cómo se ponen en riesgo tantos puestos de trabajo por el porcentaje del precio de una prenda de vestir”.
FUENTES: Fundación Proteger – Radio Universidad – Página 12