Este lunes la ministra Patricia Bullrich llegó a Salta junto al ministro de Defensa Luis Petri con el objetivo de presentar la segunda etapa del Plan Güemes, que se extenderá ahora a Tartagal, Aguaray y Salvador Mazza. Junto a ellos estuvo el gobernador Gustavo Sáenz. La actuación del Ejército se denominará «Operación Roca».
Los ministros de la Nación Luis Petri y Patricia Bullrich quienes junto al gobernador de la provincia Gustavo Sáenz y jefes de las fuerzas de seguridad nacionales arribaron a Tartagal para lanzar la segunda etapa del Plan Güemes, las poblaciones del norte de la provincia vivieron la jornada del lunes con marcada expectativa. La actuación del Ejército se denominará «Operación Roca», justo en un territorio habitado por pueblos originarios.
Un plan que comenzó en Aguas Blancas, Orán y que ya provocó un trabajador de frontera asesinado por la Gendarmería y dos heridos de bala. Ahora anuncian la participación del Ejército en el control de la frontera.
En el acto oficial de lanzamiento, realizado en el Escuadrón 52 de Gendarmería Nacional de Tartagal, tanto la ministra de Seguridad como el gobernador afirmaron que la primera parte del Plan Güemes, fue «un éxito». Bullrich anunció la pronta firma de un convenio con el Estado Plurinacional de Bolivia para el control del espacio aéreo, pero quizás el anuncio más sonoro lo dio el ministro de Defensa, que informó que el Ejército Argentino participará del control y la vigilancia en esta parte de la extensa frontera con Bolivia.
No solo eso, Petri anunció que esa actuación militar se denominará «Operación Roca», en recuerdo de «ese tucumano que tanto hizo por la frontera, no ya del norte, sino del sur de nuestro país», en referencia a la criminal campaña militar denominada «Conquista del Desierto» que Julio Argentino Roca llevó a cabo entre 1878 y 1885 en la Patagonia y parte de la pampa para apropiarse de territorio que estaba ocupado por pueblos originarios.
Petri hizo el anuncio en un territorio donde habitan gran parte de los pueblos indígenas que siguen viviendo en lo que hoy se llama Provincia de Salta y donde el Estado argentino llevó a cabo otra campaña criminal, la denominada «Conquista del Chaco», entre 1870 y 1917, también con el objetivo de apropiarse de territorio indígena.
«Este Plan Güemes, con esta Operación Roca, con la decisión y la voluntad de un presidente Javier Milei, de un gobernador Gustavo Sáenz, de una ministra de Seguridad y de este ministro de Defensa», «va a garantizar a todos los argentinos estar cada día muchos más seguros”, aseguró Petri.
Sostuvo que por un «sesgo ideológico» que «las persiguió”, que “las canceló”, las fuerzas armadas estuvieron “limitadas a la hora de intervenir en las fronteras”. Dijo que esta posibilidad está prevista en una «ley de 1944» (al parecer, se refería al decreto ley 15385/44, que crea «zonas de seguridad de fronteras» y «zonas de seguridad del interior»), que establecía que estas fuerzas “debían y podían reforzar” la actividad de las fuerzas se seguridad, no solo actuando como disuasiva y en situaciones de emergencia, “sino que fundamentalmente haciendo tareas de control y vigilancia de nuestra extensa frontera”.
¿QUIEN ERA ROCA?
Cuando un prócer es cuestionado por «genocida»
El retrato en los billetes parece mostrar a Roca (1843-1914) como un hombre benigno, considerado y amable, con los mejores deseos e intereses en su corazón para una nación naciente, explica el corresponsal de la BBC en Buenos Aires, Daniel Schweimler.
Fue presidente en dos ocasiones, de 1880 a 1886 y de 1898 a 1904, y se le atribuye la modernización y la prosperidad de Argentina en aquella época, cuando el país alcanzó el estatus de potencia económica mundial.
Como militar lideró campañas contra comunidades indígenas indómitas y logró el control de amplios territorios de la región pampeana y la Patagonia.
Cuestionamientos
Sin embargo, el movimiento anti-Roca dice que la historia fue escrita por sus amigos y seguidores.
La verdad, afirma este grupo citando evidencia histórica sólida, es que el prócer fue responsable de un genocidio contra las comunidades indígenas de Argentina, explica Schweimler.
Los detractores de Roca dicen que sometió a sus prisioneros a la esclavitud, robó tierras que entregó a sus aliados y fue responsable de una corrupción a gran escala, algo que los historiadores del establisment suelen negar o pasar por alto.
Hay campañas en diversas ciudades y poblaciones de toda Argentina para retirar sus estatuas.
Incluso hay una iniciativa en Buenos Aires, donde se encuentra uno de los principales monumentos en memoria del ex presidente, que busca recolectar toneladas de llaves de casas viejas para fundirlas y elaborar una escultura de bronce de una mujer indígena, de diez metros de altura, que sustituya a la de Roca.
Nuestro corresponsal dice que el proyecto cuenta con el apoyo de numerosos escritores, académicos, actores y artistas argentinos.
Uno de ellos es el periodista e historiador Osvaldo Bayer, quien ha confesado que siente vergüenza cada vez que pasa junto a una estatua de Roca.
A casi cien años de su muerte, el debate sobre la figura del hombre considerado como uno de los mayores próceres de Argentina parece estar en su punto más álgido.
¿Fue uno de los padres de la nación o meramente un déspota asesino? El país parece estar dividido en torno de esta pregunta.
FUENTES: Página 12 – BBC – Prensa Municipalidad Mazza
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