Carlos Pampillón citado a indagatoria por buscar «imponer y sembrar el temor». El referente ultraderechista usó el atentado contra Cristina Kirchner como trampolín para decir que quiere que desaparezcan todos los «zurdos, progresistas y kirchneristas». Amenazas, golpizas y mensajes de odio.
Carlos Pampillón, reconocido dirigente neonazi de Mar del Plata, no se quedó callado después del atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el jueves 1 de septiembre –al que calificó como un “armado”–. A través de sus redes sociales, Pampillón aprovechó para apuntar contra sus blancos habituales y esparcir sus odios. “Los únicos violentos en Argentina son ustedes: los zurdos, los progresistas, los kirchneristas, llenos de odio verdadero. A mí me mueve el amor por mi patria y por eso quiero que ustedes desaparezcan para siempre porque son un cáncer para mi país”, dijo sin ponerse colorado. Habrá que ver si le dura el amor a Pampillón cuando deba sentarse ante el juez federal Santiago Inchausti, que lo llamó a indagatoria para el próximo 5 de octubre como líder de distintas agrupaciones racistas que buscan imponer sus ideas a través del temor.
Referente de la ultraderecha marplatense, Pampillón hasta ahora había venido esquivando los tribunales. Si bien en 2018, el tribunal oral federal de Mar del Plata –en un histórico fallo que ya se encuentra firme– condenó a seis neonazis que actuaban en esa ciudad, él no había seguido sus pasos. El mes pasado, el fiscal federal Santiago Eyherabide –el mismo que investigó con Cecilia Incardona una trama importante del espionaje durante el macrismo– pidió su indagatoria y la de dos de sus laderos. La novedad del dictamen de Eyherabide es que lo pone a Pampillón como el nodo alrededor del cual orbitan distintos grupos neonazis o ultranacionalistas en la ciudad balnearia.
Uno de los testimonios recogidos por la fiscalía dice que los grupos ultranacionalistas en Mar del Plata empezaron a tomar envión a partir de la decisión de descolgar el cuadro del capitán Pedro Giachino del Concejo Deliberante local. Giachino no solo fue el primer caído en la Guerra de Malvinas, sino también un torturador de la dictadura. Por esa doble condición, las autoridades de General Pueyrredón decidieron en 2011 bajar su imagen.
Desde ese año, la fiscalía tiene documentados distintos actos violentos. Como la violencia neonazi siguió escalando, la fiscala Laura Mazzaferri y el fiscal Nicolás Czizik les propusieron conformar una comisión para investigar estos hechos de manera conjunta al fiscal de distrito Daniel Adler y a la entonces procuradora Alejandra Gils Carbó. Esa investigación es la que se retoma en el dictamen de Eyherabide.
Ejemplos de odio
Primero operaba el Foro Nacional Patriótico (FONAPA) o La Giachino. Después vino, Bandera Negra o el Frente Skinhead Buenos Aires (FSSBA) de Mar del Plata. El eje conductor era la violencia. Un seguidor de Pampillón declaró ante la justicia que era difícil huir de esas bandas. Contó que en un asado sus compinches decían: “Al traidor, un tiro en la nuca”.
En 2011, un grupúsculo liderado por Pampillón fue a dañar el memorial que se colocó en la Base Naval de Mar del Plata, donde funcionó un centro clandestino de detención durante los años del terrorismo de Estado. Hicieron pintadas, una práctica habitual. Tres años después centraron su odio en el Centro de Residentes Bolivianos.
En la causa constan los mensajes que intercambiaban los integrantes de la banda con los preparativos para atacar a la comunidad boliviana. A uno de ellos, Pampillón le ordenó averiguar cómo se podía blanquear una pared para hacer las pintadas. “Te voy a contar nuestro plan para dentro de un rato, con amor y buenas intenciones, cero violencia, vamos a proceder a informarles a los bolivianos que tienen 72 horas para notificarlo a Evo Morales que desaloje Salta o consideraremos un acto de guerra su intromisión a riesgo de escarmiento a domicilio. ¿Qué te parece?”, dice el audio de Pampillón que transcribieron en la fiscalía de Mar del Plata.
En 2013, Pampillón agarró la Ruta 2 y apareció en la puerta del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) con un megáfono para amedrentar a estudiantes y docentes con un discurso de defensa de la Iglesia. En 2015 comandó a quienes salieron a perseguir y golpear a las participantes del Encuentro Nacional de Mujeres (ENM). La fiscalía encontró varios mensajes también que daban cuenta de que existió una coordinación previa y una intención de salir a pegarles a las mujeres. “Igualmente te digo Nico, por más cabeza que sean los del fsba tienen códigos y no sé si se van a prestar para pegarle a las minas éstas”, le escribió a otro de sus compinches.
Hay otra denuncia que ubica a Pampillón en un acción de hostigamiento a un militante ateo de Mar del Plata. Al muchacho primero le sacó fotos la esposa de Pampillón mientras estaba en un stand y después él le hizo el gesto de degüello y un saludo nazi. Antes de retirarse, le dijo que Ateos de Mar del Plata y la agrupación HIJOS eran la “lacra de la sociedad”. Al rato, las fotos del activista aparecieron publicadas en una cuenta de Facebook. “No hay mejor ateo que un ateo muerto”, comentó después uno de los adeptos de Pampillón.
Todo esto se suma a un sinfín de golpizas a distintas personas que son tomadas como blanco por las bandas que se referencian con Pampillón, que suelen usar manoplas, caños, cadenas, armas blancas para ejercer su poderío. Pero no todo se queda en las calles. Para la fiscalía de Mar del Plata, Pampillón y sus seguidores llevan adelante una militancia fascista a través de la música –menciona la banda Brigadier Batallón– y las redes sociales. Un grupo activo en el éter es Rosas Rojas, la agrupación que se referencia en la hija de Pampillón y que se dedicó a hacer tanto pintadas contra el ENM o las Madres de Plaza de Mayo.
La hora del banquillo
Los actos de violencia en los que estuvieron involucrados los neonazis son innumerables, pero para la fiscalía de Mar del Plata la clave es que no hace falta que esté Pampillón para que ocurran. Sus autores siguen sus lineamientos. “Este tipo de delitos afecta a la tranquilidad de la población en general, por cuanto este fenómeno de delincuencia organizada implica, una razonable amenaza para la seguridad personal y una mayor cuota de alarma social, tal como ha ocurrido en la ciudad de Mar del Plata en virtud de los hechos que aquí se investigan, notoriamente comandados por Carlos Gustavo Pampillón, sin que el tipo penal endilgado requiera la intervención del nombrado en la ejecución de la totalidad de los mismos”, escribió Eyherabide.
Junto con Pampillón, el juez Inchausti también citó a dos de sus compinches, Rodrigo de los Santos y Rodrigo La Puente. Todos deberán presentarse el 5 de octubre, si no hay cambio de planes. La reserva es porque la fiscalía ya no está ocupada por Eyherabide sino por Juan Manuel Pettigiani, que ya se había mostrado contemplativo con Pampillón y había intentado llegar a un acuerdo con los neonazis para no hacer el juicio en el que finalmente fueron condenados en 2018.
“Es relevante lo resuelto en este caso en relación al contexto actual”, dice el abogado querellante César Sivo, uniendo a los neonazis de Mar del Plata con el grupo que podría haber actuado en coordinación con Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte en el ataque a Fernández de Kirchner –un grupo con afinidad con la ultraderecha o los sectores libertarios–. “Más allá de la excesiva demora en la continuidad del proceso y de que la información ya estaba, el hecho de que una persona que pregona discursos de odio sea llamada a indagatoria es un gran progreso”, afirma.
FUENTE: Página 12