ATAÚDES FUERON TRASLADADOS PARA UNA MISA A LA PLAZA DE ARMAS DE #JULIACA
Juliaca, ubicada a unos 1.300 kilómetros de Lima, fue escenario el lunes de la jornada más sangrienta desde que iniciaron las protestas en diciembre pasado en Perú, debido a una feroz represión policial que se saldó con la muerte de 20 personas, entre ellas dos menores de edad. Esta ciudad andina, cuyo aeropuerto permanece cerrado, se convirtió en el eje de las movilizaciones que exigen la renuncia de la presidenta, Dina Boluarte, el cierre del Congreso y nuevas elecciones en 2023 desde que se retomaron las protestas el pasado cuatro de enero, tras la tregua navideña.
El miércoles, los manifestantes de Juliaca pararon sus movilizaciones para rendir un homenaje público y masivo a los 17 manifestantes fallecidos el lunes, con una procesión con los ataúdes por el centro de la ciudad y una misa comunitaria. Este jueves la Dirección Regional de Salud del departamento peruano de Puno elevó a 20 la cifra de fallecidos en el marco de las protestas en Juliaca, entre ellas un policía.
Las autoridades peruanas ya confirmaron el miércoles que los civiles que perdieron la vida por la represión las fuerzas de seguridad habrían muerto a consecuencia de las heridas ocasionadas por proyectiles de armas de fuego. Estos hechos desmienten la versión oficial dada hasta ahora, con la que el gobierno de Boluarte aseguraba que los manifestantes habían muerto a causa del arrojamiento de piedras o por heridas causadas con armas punzocortantes. Hasta la fecha las protestas en Perú suman un saldo de 49 personas fallecidas y cientos de heridos, según la Defensoría del Pueblo.