En el marco del 8M, Día Internacional de la Mujer, desde la organización del Centro Cultural Néstor Kirchner invitaron ayer por la tarde a mujeres de diferentes danzas bolivianas para demostrar sus trajes, sus danzas y reivindicar así el orgullo de las mujeres migrantes. El evento se realizó en las afueras del CCK frente al monumento de la heroína latinoamericana, Juana Azurduy.
Por Mario Canaviri
La presencia de las mujeres bolivianas cautivo al público que se hizo presente y estos pudieron apreciar la diversidad de danzas bolivianas como la morenada, el salay, el Tinku, caporales, entre otros ritmos folklóricos bolivianos.
Si bien el evento estaba programado para las 15 horas recién comenzó a las 17 horas generando una demora y espera entre danzarinas y familiares que llegaron de manera puntual.
Respecto a las chicas que demostraron las danzas, Tatiana Quispe, de la fraternidad Tinkus Wistu Vidas, dijo que es un orgullo para ella bailar frente a la figura de Azurduy porque “ella dejo la vida por nuestros territorios, nuestras identidades frente a este sistema racista y colonial que hoy un se ve en las grandes ciudades”. En su caso como mujer migrante, indianista y militante social baila esta danza oriunda de Potosí, Bolivia, porque “habla de la raíz quechua a través de nuestros tejidos ancestrales, nuestra Whipala que llevamos y es nuestra identidad autóctona”, dijo.
Por su parte, Rous Mary, representante de la morenada orureña Central Socavón de Oruro, reivindico a las mujeres migrantes: “nosotras venimos a otro país con un objetivo pero en el camino sufrimos muchos actos de discriminación y violencia pero ahora es diferente y nosotras podemos hacernos valorar: somos amas de casa, emprendedoras y merecemos que nos respeten”, reflexionó. Su sueño es que sus hijos, y en general las futuras generaciones, mantengan viva las diferentes danzas bolivianas en el tiempo.
En un momento de reflexión por la jornada, Claudia Mamani, parte del bloque Sarus de Macha de los Tinkus Tolkas de Huachacalla, dijo que es importante no solo participar de estos encuentros sino reflexionar ya que considera que es “necesario que lo hagamos como colectividad boliviana. Tenemos que reconocer cuando sufrimos violencia de género, detectarlo entre nosotras así sea lo mas mínimo, hay diferentes formas de violencia”, y reflexionó que en las fraternidades aun es un tema que no se aborda mucho pero es necesario estar y visibilizar estas situaciones que viven las mujeres.
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