A 29 años del atentado terrorista a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), este martes se volverá a alzar la voz de los familiares de las víctimas en el tradicional acto recordatorio que realiza la entidad judía, cuyas autoridades pedirán que se apruebe una «ley antiterrorista» frente al «estado escandaloso de la causa» que sigue impune. Lo llamativo es que poco se habla de los bolivianos que murieron en ese atentado.
Este martes 18 de julio se cumplen 29 años del atentado a la mutual judía de la AMIA, el peor ataque terrorista que sufrió la Argentina en su historia, que provocó la muerte de al menos 85 personas y generó más de 300 heridos. Los grandes medios de comunicación llenan sus portales, tapas de diarios, radios y programas de TV, hablando de eso pero casi nadie habla de los compatriotas bolivianos que murieron aquel 18 de julio de 1994.
En aquel año cuando gobernada Carlos Saúl Menem, fueron miles los bolivianos que llegaron a la Argentina, buscando un futuro mejor, la gran mayoría venían directamente a trabajar al campo (la zafra), algún taller clandestino y muchos a poner todo su esfuerzo y energía en las grandes construcciones (edificios) de zonas como Puerto Madero, Palermo y Once, no era al excepción. La zona de Once donde ya venía creciendo un gran centro comercial al igual que hoy en la zona de Flores, se venían edificando varios comercios y edificios. Allí trabajaban varios compatriotas bolivianos; albañiles oficiales, ayudantes, pintores, electricistas, etc. Entre ellos incluso menores de edad, que día a día solían hacer su labor en el edificio de la AMIA y que hoy al parecer quedaron en el olvido.
En este artículo hacemos un homenaje a los compatriotas trabajadores
Erwin García Tenorio
Albañil de origen boliviano, trabajaba en las refacciones de la AMIA al momento de la explosión.
Rimar Salazar Mendoza (32)
Oriundo de Bolivia, trabajaba en las obras de refacción de la AMIA. La mañana del atentado, antes de salir, le dijo a su esposa Leonor que cuidara mucho a sus dos hijos.
Eugenio Vela Ramos (17)
Había nacido en Bolivia. Era peón y trabajaba en las refacciones del edificio. “El 18 de julio de 1994 quedará en la memoria de la sociedad argentina como un día de estupor, repudio y dolor”, dijo en un comunicado.
Juan Vela Ramos (21)
Juan era peón y trabajaba en las refacciones del edificio. Fue una de las seis personas bolivianas que murieron en el atentado.
Adehemar Zárate Loayza (31)
Albañil, trabajaba en las refacciones del edificio. Fue uno de los seis obreros de origen boliviano que resultaron víctimas del atentado. Cuando el mobiliario se derrumbó, estaba adentro de la AMIA.
DAVID BARRIGA
No hacía un año que David estaba en el país. Había venido de Bolivia, con su esposa y sus cuatro hijos, en busca de trabajo. Cuatro días antes del atentado entró a la AMIA; su hermano Julio, capataz de la obra, lo llevó para que colocara los cerámicos de los baños, en el primer piso.
Es interesante también saber parte de la historia y como informan los medios de comunicación en Argentina donde no aprecian el esfuerzo que hacen e hicieron los residentes bolivianos en este país.
El 3 de junio de 2011 el periodista argentino Juan José Salinas mencionó a los compatriotas bolivianos en un escueto artículo que decía: «¿Qué corno tiene que ver formalmente Israel con el atentado a la AMIA? Ningún ciudadano israelí sufrió ahí el más leve rasguño ni tampoco fueron dañadas propiedades de éstos. Los asesinados fueron 80 (ochenta) argentinos y 5 (cinco) bolivianos, albañiles que trabajaban en las refacciones que (al igual que había sucedido en la Embajada de Israel) facilitaron a los criminales introducir artefactos explosivos adentro del edificio»